Haciéndome eco de un artículo publicado en El País el pasado 17 de Junio, donde nos relata como con la excusa de la crisis, las distintas administraciones y más concrétamente en la Comunidad de Madrid, se están saltando todas las normas alcanzadas hasta la fecha para la protección del medio ambiente y la salud de los ciudadanos.
Puesto que nuestros actuales gobernantes piensan que las exigencias ambientales constituyen una pesada carga para el desarrollo económico, en vez de una oportunidad de desarrollo e innovación, no es del todo raro escuchar noticias tan sorprendentes y que pensábamos que pertenecían al pasado, como la vía libre que ha dado la Comunidad de Madrid para la incineración de residuos, muchas veces tóxicos, en la Planta Cementera de Tajuña.
Se sabe que lo más eficiente una vez generados los residuos es su reutilización o su reciclado, antes que su incineración, dado que este último tratamiento puede tener un impacto no deseado sobre la salud. Por ello, ¿que motivaciones puede tener nuestra Comunidad para permitir tal acción? Esto nos hace sospechar que con esta acción se busca dotar a la cementera de un medio adicional de ingresos, ahora que su negocio real ha caído en picado, y con ello beneficiar a unos pocos en detrimento de la conservación del medio ambiente y el bien común.
Estas son medidas cortoplacistas y anticuadas, carentes de imaginación y más comunes en dictaduras, donde se priman los intereses de una élite acomodada y poco competitiva, sobre la gran mayoría.
Creo que esta es una gran medida de indignación. Ahora que nos recortan la sanidad, también quieren empeorar la calidad del aire y el agua que consumimos. No podemos permitir que nos sigan haciendo esto.
Saludos a todos desde Ecomania,
C&B
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