Según un reciente estudio, es probable que en el verano del 2040 no quede hielo en el Ártico debido al aumento de las temperaturas. Este dato ha provocado que las compañías petrolíferas vayan tomando posiciones para hacerse con el preciado botín, que según las estimaciones corresponde al 25% de las reservas mundiales de crudo y gas.
Desgraciadamente, lejos de preocuparse por las consecuencias que el deshielo del Ártico podría traernos, los países limítrofes y las grandes petroleras parece que se están frotando las manos para intentar hacerse con el botín, lo cual agravaría el problema, pues aceleraría el calentamiento de esta zona del planeta.
Según las estadísticas, durante los últimos años, la temperatura en este territorio ha aumentado en 2ºC y en lo que nos queda de siglo se prevé que aumente 8º más. Respecto a la extensión de hielo Ártico a pasado en casi tres décadas de unos 8.100.000km2 a 5.320.000, (algo más de un tercio de su superficie).
En la actualidad existen ya dos proyectos gasísticos en funcionamiento y más están por llegar. La carrera por hacerse con los preciados recursos de la zona también pueden llegar a ser el origen de conflictos entre los países limítrofes, como ya está pasando. En 1982 se firmó un tratado denominado “Derecho del Mar” donde se establecía que la anchura del mar territorial de un país es de 12 millas marítimas, ademas de la concesión de una zona económica de 200 millas náuticas en las que tiene derechos exclusivos de explotación del lecho marítimo. Por ello, todos los países limítrofes (Rusia, Canadá, Dinamarca, Noruega y Estados Unidos) se preparan a fondo para hacerse con la soberanía hasta el polo.
Ya ha habido respuesta de asociaciones como la de Greenpeace el pasado 31 de Agosto, en la que varios de sus miembros se colgaron de una plataforma que ya comenzó a realizar perforaciones en las inmediaciones de Groenlandia. Con esta acción Greenpeace lo que busca es ganar tiempo y retrasar lo más posible los trabajos de perforación, al tiempo que espera a que se prohíban las extracciones en aguas profundas y muy especialmente en el Ártico. Con ello también pretende evitar una avalancha de perforaciones en la zona, pues esta, al ser la primera, podría desatar la fiebre del petróleo en los mares del Ártico.
Ahora solo nos queda esperar para que el deshielo no se produzca, porque de lo contrario, mejor que nos vayamos preparando.
Un cordial saludo a todos desde Ecomania,
C&B
Desgraciadamente, lejos de preocuparse por las consecuencias que el deshielo del Ártico podría traernos, los países limítrofes y las grandes petroleras parece que se están frotando las manos para intentar hacerse con el botín, lo cual agravaría el problema, pues aceleraría el calentamiento de esta zona del planeta.
Según las estadísticas, durante los últimos años, la temperatura en este territorio ha aumentado en 2ºC y en lo que nos queda de siglo se prevé que aumente 8º más. Respecto a la extensión de hielo Ártico a pasado en casi tres décadas de unos 8.100.000km2 a 5.320.000, (algo más de un tercio de su superficie).
En la actualidad existen ya dos proyectos gasísticos en funcionamiento y más están por llegar. La carrera por hacerse con los preciados recursos de la zona también pueden llegar a ser el origen de conflictos entre los países limítrofes, como ya está pasando. En 1982 se firmó un tratado denominado “Derecho del Mar” donde se establecía que la anchura del mar territorial de un país es de 12 millas marítimas, ademas de la concesión de una zona económica de 200 millas náuticas en las que tiene derechos exclusivos de explotación del lecho marítimo. Por ello, todos los países limítrofes (Rusia, Canadá, Dinamarca, Noruega y Estados Unidos) se preparan a fondo para hacerse con la soberanía hasta el polo.
Ya ha habido respuesta de asociaciones como la de Greenpeace el pasado 31 de Agosto, en la que varios de sus miembros se colgaron de una plataforma que ya comenzó a realizar perforaciones en las inmediaciones de Groenlandia. Con esta acción Greenpeace lo que busca es ganar tiempo y retrasar lo más posible los trabajos de perforación, al tiempo que espera a que se prohíban las extracciones en aguas profundas y muy especialmente en el Ártico. Con ello también pretende evitar una avalancha de perforaciones en la zona, pues esta, al ser la primera, podría desatar la fiebre del petróleo en los mares del Ártico.
Ahora solo nos queda esperar para que el deshielo no se produzca, porque de lo contrario, mejor que nos vayamos preparando.
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C&B
Hola, los invito a visitar mi blog, Paula
ResponderEliminarhttp://www.crea-arte-reciclado.blogspot.com