¿Te has parado alguna vez a pensar a donde van todos esos residuos que utilizamos y tiramos diariamente? El otro día estaba en una cafetería y el refresco que me sirvieron llegó con una pajita para beber. La aparté del vaso y la posé sobre la mesa, sabiendo que sin haber bebido de ella, terminaría en la basura con las demás. La imagen de la pajita me recordó la foto de un pájaro muerto, asfixiado por ingerir una similar.
Todos esos objetos que utilizamos a diario y a los que no damos ninguna importancia y que podrían ser completamente prescindibles, son responsables de daños en el mundo natural, incluso en lugares muy lejanos, donde aparentemente no existe un contacto directo con los humanos, pero nuestros residuos no son biodegradables y pueden viajar a grandes distancias a través del aires, mares y ríos.
Aquí podéis ver en imágenes donde puede acabar esa bolsa del supermercado, la maquinilla de afeitar desechable, la pajita del refresco, los bolis de usar y tirar, la botella de plástico, etc.
Seguro que muchas veces nos facilitan la vida, pero si hacemos balance, ¿merece la pena el daño causado comparado con la satisfacción que nos produce su uso? Seguro que la mayoría os decantaríais por el NO, si pudieseis ver el futuro que les depara a estos objetos.
Nosotros somos los responsables de nuestros actos, pero el conocimiento nos hace ver las consecuencias de estos. En nuestras manos está el seguir por un camino o por otro.
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